jueves, 20 de septiembre de 2007

Vida y Obra de la Muerte III

"Se te escapó la sangre
se te olvidó el respiro
se coaguló la vida...
se terminó el suspiro."

-No más tiempo- Se oyó de entre los dientes del craneo de Muerte y un metacarpo tocó el hombro del alemán. Un alarido de dolor y furia se escuchó en toda la casa y todos los cuervos empezaron a volar espantados dentro de la sala, de la cocina, de la recamara; una lluvia negra de plumas apareció de la nada y nubló la vista del hombre. Su hora ya había llegado y no hay prorroga para eso.

Un sonoro aleteo de varias aves intentanto huir por su vida. Un cuerpo muerto tirado entre el excremento de pajaro. Un espíritu errante atrapado dentro de una vieja casa en Alemania y las manos de la Muerte que se van de aquel lugar sin nada. Solo la desdicha de tener que tomarse cuarenta años para poder llevarse a esa alma. Fué error de Muerte.

Pareciera que actualmente la gente se quiere dar el capricho de vivir por siempre. Por más lastimera que sea su existencia, su raquítica existencia, no quieren morir. Podrán estar solos, amargados, tristes, pobres, enfermos, acompañados, felices, con todo, sin nada, con techo o sin él, pero siempre van a desear más, más años para sufrir más.

Muerte nunca le ha visto nada positivo a esas píldoras contra la presión, la insulina y demás; el hombre siempre ha sido débil y desde hacía milenios se debió haber extinguido, pero no. Aprendieron (¡Aprendieron! Lo que las demás bestias no lograron dominar por completo) que no necesitan tener garras propias para comer y defenderse, descubrieron que pueden forjar sus propias garras, aprendieron que entre más pelaje, más calor y aprendieron a desoyar. Aprendieron a observar y lograron copiar la cacería de otros animales, aprendieron que un remedo de animal no puede contra uno de verdad, nisiquiera contra los más mansos, si no estaban organizados en grupos grandes y con muchas de sus garras artificiales.

Son un capricho. Los medicamentos actuales para los anicianos son un capricho del hombre por sufrir más. El anciano es el conejillo de indias del hombre jóven. El hombre viejo toma las medicinas que el jóven le da para alargar y "mejorar" su calidad de vida y el hombre jóven mismo sabe que si no logra llegar durante sus mejores años de su vida a una forma facil, eficaz y verdaderamente útil para lograr la inmortalidad, indudablemente será el conejillo de indias para las generaciones venideras, será, tal como lo son los ancianos actuales, su fuente de esperanzas.

Por eso es mejor morir jóven. Morir jóven o suicidarse de anciano.

Era una callejuela angosta, ninguna rata asomaba siquiera la cola. Un barrio peligroso para cualquiera. Unos quejidos se oían a los lejos, perdidos entre la oscuridad y la basura regada por todas partes y un hombre de entre 35 y 38 años palidecía cada vez más debido a su terrible desangramiento. Simón no distinguía nada, solo sombras y una gran pelota blanca encima de él, suspendida en la oscuridad. No podía siquiera reconocer sus propias manos, bañadas en sangre.

La alta silueta de Muerte se irguió frente al casi muerto, y su sombra se proyectó en el suelo con un alargamiento exagerado, dando como resultado una melancólica y horrorosa escena, donde el cuerpo sobre el suelo, bañado en rojo carmesí se postra ante la alta y estirada silueta de la Muerte que en una mano sostiene su oz y en la otra su reloj de arena.

Frío. Todo se tornó frío y Simón dió su último respiro, ahí, tirado en una callejuela, con 6 puñaladas en su cuerpo, sin su rolex, su cartera y targetas de crédito, sus zapatos de piel y sin 4 dedos en la mano izquierda. Fué fiel, con dos hijas, un trabajo honrado... Irá al paraíso.

Una lástima que por su entrada al No-Mundo su esposa talvez cometa alguna locura y se pierda su pase.

Una lástima.

No hay nada. Solo el silencio y la Muerte misma, después de eso, nada. Una muerte es cualquier cosa. Una muerte es el pan de cada día para todos y una muerte es sencillamente el día del Juicio Final para una persona.

¿Quién no ha deseado alguna vez la muerte de alguien más? Muerte a pesar de ser quien es y por más gente que se golpea el pecho y dice "dios no lo quiera te suceda algo" (todos sabemos que piensan en nuestra querida Muerte) han deseado que alguien se vaya. Nadie puede no tener ganas de al menos lastimar a alguien. Si entre perros se matan, ¿Por qué no entre humanos?.

¿Quién no ha sentido la necesidad del golpear alguien hasta el cansancio? Con el sudor resbalando por la frente, los dientes apretados, la lengua pegada al paladar, los ojos llenos de ira y fijos en los del otro, en espera de admirar el momento en que la vida de escapan de ahí. El sentir la carne del otro en las manos y sentir como se agolpa la sangre en el cerebro mientras esa sencación de desahogo nos llena de pies a cabeza y no sesa hasta ver una muerte o casi muerte.

Muerte es aclamada y llamada por todos, esperada por todos. Todos conocemos el inminente final del que la Muerte solo esta en espera, para tomarnos de la manos y llevarnos a nuestro enjuiciamento ante Los Grandes. No son Dios, no son una energía suprema y divina, no son El Gran Arquitecto del Universo, ni mucho menos una mera creación del hombre (porque si así lo fuera entonces Muerte también sería una creación de ellos, y como nadie desea su propia muerte, ella desaparecería, dando por terminado todo aquello que abarca la palabra "destrucción"). No. Los Grandes son muy reales, tangibles y estan en el No-Mundo, viendo a las almas buenas vivir tristes o felices en su paraiso y asegurandose de que las almas malas sufran dolores y torturas indescriptibles en lo que los humanos llaman "infierno"; cuidando de que esta pequeña partícula de polvo a la mitad de una corriente de viento llamada Tierra esté bien y lista para cuando el viento aminore su fuerza y el polvo en una estrepitosa caida tenga que volver a su estado original: Estático a la mitad de algún lugar cualquiera...

"¿Muerte...? ¿Donde estas Muerte?..." decía un jóven a la nada parado en el centro de un cuarto oscuro.